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Columna:
 

LA INFRAESTRUCTURA NACIONAL

 
 

Prefacio: Con el artículo que sigue a continuación abrimos una nueva “columna” en Mapping, que consistirá en una serie de ensayos, escritos por expertos de diversos dominios y con diferentes perspectivas, que aportarán contenidos a la base de conocimientos sobre la llamada Infraestructura de la Información Geográfica (también conocida como Spatial Data Infrastructure, SDI). En este caso le toca a Allan Levinsohn, consultor internacional conocido por muchos en este país por sus columnas mensuales en la revista GeoWorld (el ensayo de abajo es una reproducción autorizada de su columna del mes de octubre de 2000) además de por sus intervenciones en dos talleres sobre la gestión de proyectos SIG, en Cáceres y Madrid.

La idea de esta columna surge de nuestro proyecto I+D sobre aspectos tecnológicos de la Infraestructura nacional de Información Geográfica, del que salió un resumen en el último número (no. 67, página 68) de Mapping. Como tecnólogos sólo somos capaces de abordar ciertas partes, quizás las más modestas, de esta infraestructura, que al final es mucho más que una colección de tecnologías y datos...es más bien una colección de acuerdos y colaboraciones que siguen algún plan estratégico razonable. Nosotros, los lectores de Mapping, ya formamos parte íntegra de una comunidad virtual de información geográfica (casi han desaparecido los acontecimientos “cara a cara” en nuestro campo) y por eso resulta más importante que nunca que colaboremos a través revistas, el WWW, listas de correo, etc., en la difusión de información sobre las múltiples iniciativas enfocadas a facilitar la distribución y explotación de la información geográfica (ojo, no sólo la cartografía). Os invitamos (a los usuarios, proveedores institucionales, docentes, integradores de sistemas, vendedores de software y datos) a colaborar en el uso de esta columna con la única finalidad de apoyar el crecimiento de la comunidad.

En nombre de los equipos de la Universidad de Zaragoza (coordinadora del Proyecto), de la Universidad Politécnica de Madrid, y de la Universitat Jaume I, deseo expresar nuestra gratitud por la gentileza de los editores de Mapping por haber cedido este espacio: un acto que a su vez es una aportación más a la infraestructura.

Michael Gould
Universitat Jaume I, Castellón.
Gould@uji.es

 
   

LA INTEROPERABILIDAD GEOESPACIAL:
EL SANTO GRIAL DEL CAMPO SIG

Por Allan Levinsohn
(trad. C. Gavidia)

Publicado en la Revista Mapping ( Abril de 2001 )

El intercambio universal de los datos geoespaciales constituye uno de los temas más candentes actualmente en el mundo del SIG. Los usuarios disponen de una versión 3D del planeta basada en la web, disponible en varias resoluciones con multitud de temas y formatos, soportada por una red de proveedores de datos geoespaciales e interconectada con productos comerciales y servicios provenientes de miles de organismos diferentes. Esta visión, más que cualquier otra definición técnica, define el concepto de interoperabilidad SIG. Pero, ¿en qué medida es realista la interoperabilidad SIG y qué queda por hacer?

Debido en parte a la ubicuidad de Internet, la interoperabilidad se da frecuentemente por hecha. Sin embargo, para aquellos que trabajan con datos geográficos resulta evidente que las barreras existentes para llevar a cabo el intercambio de los mismos con facilidad, son todavía formidables. Teniendo en cuenta los significativos avances de la tecnología, ¿por qué sigue siendo tan problemática esta transferencia de datos? Para contestar esta pregunta habrá que explorar primero los pre-requisitos de la interoperabilidad.

Demandas de la interoperabilidad

Los usuarios esperan que el intercambio de datos reúna todas de las siguientes características:

  • Sencillo--no debe ser necesario que los usuarios entiendan mucho sobre los datos o su sistema fuente para importarlos y utilizarlos.
  • Transparente--las complejidades asociadas con la transferencia de datos deben estar ocultas.
  • Abierto--la interoperabilidad debe poder aplicarse a todos los sistemas, y el intercambio de datos ser independiente de la tecnología utilizada.
  • Efectivo--la transferencia de datos debe ser fiable y los datos resultantes útiles para el fin perseguido.
  • Universal--todas las bases de datos geoespaciales deben ser accesibles.

Todo esto no es fácil de conseguir. Una solución consistiría en una arquitectura única y un conjunto de estándares para datos geoespaciales. Sin embargo, parece imposible concebir que la comunidad global SIG adopte una única arquitectura geoespacial o estándares de datos a nivel global. Existen por lo menos media docena de estándares importantes, además de los productos de datos de propiedad comercial que ya están en el mercado. Esto significa que los esfuerzos de estandarización, no producirán la interoperabilidad por sí solos. La interoperabilidad requerirá consistencia a través de una amplia gama de parámetros técnicos, semánticos e institucionales, esquematizados en la tabla “Parámetros para la interoperabilidad” que se muestra más abajo.

Los dos niveles más bajos de la tabla, intercambio de datos y redes, están bien establecidos a partir de los estándares de la industria de la tecnología de la información. Las técnicas orientadas a objetos y las extensiones asociadas a los sistemas de gestión de bases de datos relacionales (RDBMS) tratan otros problemas técnicos y, en cierta medida, problemas asociados con esquemas de datos (ver “Spelling out the Spatial Data Soup”, GeoWorld, marzo de 2000, página 38). Sin embargo, estos esfuerzos únicamente proporcionan la estructura tecnológica para el intercambio de datos y no aseguran que los datos sean conocidos o estén disponibles ni que las organizaciones vayan a adoptar la tecnología que permita su uso.

 

 

Comunidades de información geoespacial

El OpenGIS Consortium Inc. (OGC), por ejemplo, se expresa en términos de comunidades de información geoespacial, que describe como “una colección de sistemas o individuos que pueden compartir sin problemas información geoespacial digital-es decir, objetos (features). Esto implica que los miembros de la comunidad comparten ‘pedazos’ del mundo --definiciones, intereses, consciencia mutua, y tecnología-- en la medida suficiente para posibilitar la utilización compartida de la información.”

Claramente, el primer pre-requisito es que tanto los individuos como las organizaciones se conozcan entre ellos así como los datos que poseen. En segundo lugar, todas las partes implicadas deben estar dispuestas a hacer los datos disponibles para los usuarios de fuera de la organización origen. La voluntad de hacer los datos disponibles está afectada por varios factores, incluyendo los siguientes:

  • Factores de comportamiento humano como “protección del terreno”.
  • Factores económicos como recuperación de costes y de costes añadidos, asociados con la posibilidad real de la interoperabilidad.
  • Factores legales asociados con derechos de autor y más legislación relativa a la información.
  • Temas de permanencia en el trabajo (miedos percibidos o reales).
  • Papel de la organización con relación a sus colegas y clientes.

En el caso de que una organización esté abierta a la interoperabilidad, debe anunciar su existencia y su voluntad de intercambiar la información, para posibilitar que otros individuos descubran la organización y decidan si están interesados en acceder a la información.

Una vez establecido contacto es necesario tratar temas semánticos y técnicos relacionados con los datos. Esta situación se debe en parte, al hecho de que el SIG no es realmente una disciplina científica por derecho propio, sino que es un lenguaje para representar información geoespacial. Cada disciplina relacionada con la geografía y con otras subdisciplinas (ej. gestión forestal, planificación urbana, registro de la propiedad, cartografía y fotogrametría, transporte, etc.) tiene su propio lenguaje y convenciones para definir rasgos (features) del “mundo real”.

Para acortar las distancias que dividen artificialmente la realidad geoespacial se necesita un marco de modelado semántico y de la información, que pueda trasladarse entre las distintas comunidades de información geoespacial. Este marco también debe tratar problemas propios de los datos geoespaciales: la traducción de formatos de los datos a una estructura de datos uniforme pero transitoria; sistemas de coordinadas consistentes, proyecciones cartográficas y representaciones de datos dependientes de una plataforma, y recuperación de atributos asociados y metadatos. Se necesita la resolución de estos problemas “en tiempo real” para satisfacer el requisito de transparencia.

Una tecnología a base de los datos

El SIG siempre ha sido una aplicación tecnológica sustentada por datos. La nueva generación de tecnología SIG todavía es más “dato-céntrica”. A medida que incrementa la utilización del SIG en la toma de decisiones, la calidad y la actualidad de los datos adquieren mayor importancia. Se hace necesario incluir mecanismos para verificar la calidad de los datos que han de incluirse en los diseños de las bases de datos. Además los browsers de datos deben ser capaces de comunicar parámetros de metadatos a los usuarios.

Parámetros para la interoperabilidad

Nivel de interoperab.
 
Pre-requisito para la interoperab.
 
Estado
Institucional Deseo de interoperar Variado y sin especificar

Modelos de información

 

Formalización de los descriptores de datos

 

Etapas primarias de desarrollo

Esquemas de datos   Adopción de estandares de bases de datos   Varía según sector
Intercambio de datos   Herramientas e interfaces (APIs) estandares de la industria   Disponibles y en expansión
Redes   Protocolos estandares de redes   Bien establecidos

El seguimiento de los datos y de las transformaciones asociadas a los mismos se hace más dificil en la medida que los datos se distribuyen más ampliamente y se mantienen descentralizadamente. Esto ha llevado a incrementar la importancia de tecnologías como los almacenes de datos, los servicios de metadatos y al aumento de la utilización de herramientas de modelado de la información.

El éxito de la interoperabilidad exige un ambiente de traducción completo, consistente en un lenguaje común de modelado espacio-temporal, una herramienta de modelado concomitante, una base de datos capaz de soportar las estructuras en el modelo y un mecanismo que provea una interfaz para el intercambio de la información. Estas herramientas se están desarrollando a través de iniciativas como OGC, pero ninguna de ellas será significativa si no se crea una "voluntad institucional" para la interoperabilidad, que parece estar tristemente ausente en muchos sectores. Para que la interoperabilidad del SIG llegue a ser una realidad, las distintas organizaciones y asociaciones del sector deben formalizar su información y crear marcos efectivos para el intercambio de datos entre las comunidades de información geográfica.

Allan Levinsohn es consultor independiente de sistemas de información, autor y ponente. Información de contacto: A.G. Levinsohn Consulting Inc., 3 Woodside Lane, PO Box 8126, Canmore, AB T0L 0M0, Canadá. E-mail: aglcinc@agt.net

Este artículo Copyright 2000, Adams Business Media. www.geoplace.com