6.3: LA PERCEPCIÓN DEL COLOR
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Albers afirma: "En la percepción visual casi nunca se ve un color como es en la realidad, como es físicamente. Este hecho hace que el color sea el más relativo de los medios que emplea el arte"..."Si se le quiere utilizar con acierto, hay que tener presente que el color engaña continuamente" "… y la experiencia enseña que en la percepción visual se da una discrepancia entre el hecho físico y el hecho psicológico" Vamos a describir a continuación los aspectos psico-perceptivos más importantes de la visión del color: 1.- Las diferencias de tono y valor de dos áreas coloreadas disminuirán al disminuir sus tamaños. Esto tiene una gran importancia en el diseño de símbolos lineales y puntuales, que suelen ser de pequeño tamaño. Si hemos diseñado dos símbolos a los que les hemos dado la misma forma y queremos que se distingan simplemente por el valor del tono, la diferencia de color entre ellos ha de ser sustancialmente mayor que si se utilizaran esos mismos colores para el diseño de símbolos superficiales. Imaginemos "uso público" y "uso privado".
2.- Como consecuencia de lo anterior, cuando una superficie aumenta también aumenta su densidad o valor aparente. La consecuencia de esto es que si diseñamos los símbolos superficiales directamente sobre los cuadraditos de la leyenda - que suelen ser de pequeño tamaño - pueden aparecernos efectos no deseados al rellenar amplias zonas del mapa, convirtiéndose el color en predominante al aumentar su densidad aparente (ver el mapa de insolación de la figura. Siempre que se diseñen símbolos que deban cubrir grandes zonas del mapa, debe realizarse una comparación en grandes zonas con los otros colores del mapa y comprobar sus efectos.
Aunque el aumento de la densidad aparente ocurre en todos los tonos cuando aumenta su superficie, se magnifica en los tonos más oscuros. No hay que olvidar cuando se diseñen colores para símbolos superficiales que vayan a cubrir grandes extensiones, que bajo su influjo, pueden llegar a desaparecer –o al menos no ser claramente percibidos– otros símbolos diseñados con un tono más oscuro (leyendas, símbolos puntuales). Por el contrario pueden aparecer con una importancia excesiva otros diseñados con tonos muy claros. Por ejemplo, como se muestra en la siguiente figura, supongamos que estamos confeccionando un mapa temático en el que se muestren las isozonas de precipitación. El mapa base contiene la línea de costa (negra), límites provinciales (gris del 60%) y los límites municipales (gris del 30%). Se han dado diferentes valores de gris a las líneas en función de su importancia relativa. Si optamos por dar un color muy oscuro (055) a las zonas con precipitación máxima, ocurrirá que los límites provinciales, siendo una información más importante, serán menos perceptibles que los municipales. Los límites municipales pasan a tomar una importancia excesiva debido al contraste entre el gris 30% y el azul marino fuerte, teniendo estos límites una importancia real escasa.
3.-Nuestro sistema visual es más sensible a pequeñas variaciones de valor que a pequeñas variaciones de tono. Esto puede ponerse de manifiesto observando la carta del ITC en la que queda claramente de manifiesto que dos cuadraditos consecutivos de un mismo tono (mismo radio) son perfectamente diferenciables uno de otro, mientras que dos cuadraditos consecutivos de tonos vecinos (mismo círculo) son apenas diferentes.
4.- Como excepción del párrafo anterior, si dos zonas con colores muy similares están adyacentes una a otra (ambas zonas se tocan), la diferencia de tonos será claramente visible, mientras que si están separadas una de otra por otro color, aunque la separación sea muy pequeña, ambas parecerán iguales (figura anterior). 5.- La percepción de un color varía sustancialmente dependiendo del fondo o del color que lo envuelva. (Contraste simultáneo). Una demostración clara es la que se aprecia en la figura. El cuadradito central amarronado aparecerá como verdoso o amarillento según se le rodee de un rojizo o un azul.
Cuando el fondo y la figura pertenecen a gamas de colores complementarios con valores aparentes similares, se produce una vibración desagradable en los contornos de la figura (izquierda) haciéndose difícil la separación de la figura del fondo. También los verdes pierden brillo cuando el fondo que lo envuelve sea el amarillo, y parecerá verde chillón cuando lo rodeemos de rojizo, modificándose además su valor aparente.
6.- Cuando a una figura se la rodea de un color muy parecido al de ella o que esté cercano en el círculo de colores, el color de la figura tiende a agrisarse. Y al contrario, parece saturarse si se le rodea de su complementario.
En la figura de la izquierda mostramos un símbolo rodeado de diferentes fondos para que el lector compruebe los cambios en el color del símbolo debido a la influencia del color del fondo.
Cuando se rodea un color de grises éstos potencian o disminuyen la sensación cromática pues ya sabemos que el tono es menos importante que el valor aparente. En cualquier caso cuando se rodea a un color de su complementario se potencia su interés (figura de la derecha). 7.- La asociación de sentimientos con los colores es un hecho en todas las culturas, aunque difieren mucho de unas a otras. Por ejemplo, los occidentales asocian el negro al luto mientras que los hindúes lo asocian al blanco. Nuestro lenguaje está lleno de expresiones tales como: verde esperanza, ese maldito viejo verde, estaba rojo de cólera, tiene una vida de color de rosa, apareció amarillo de envidia, me estas poniendo negro, le pusieron verde en un santiamén, es un lila. Se puede pues afirmar que está generalmente aceptado que ciertos colores inducen a ciertos sentimientos o conducen a ciertas sensaciones. Esta generalmente aceptado que para los occidentales: El BLANCO se asocia con inocencia, paz, calma, falta de imaginación. El AMARILLO con envidia, odio, celos, sequedad, verano. El NARANJA es precaución, alegría, tierra. El ROJO es peligro, importancia, pasión amorosa, arrojo, calor excesivo. El VIOLETA es calma, sosiego, frío triste, muerte. El AZUL nos conduce a la amistad, la armonía, pureza, si es oscuro a agua, frío, hielo. El VERDE lo asociamos con la esperanza, lozanía, juventud, primavera, vida. También el lector puede libremente discrepar de todo lo anterior y decidir que para él todo eso no es cierto, esta en su derecho ("para gustos se hicieron colores"), pero al menos debe saber que para una mayoría, ya sea por cultura o por asociación de ideas, lo anterior es cierto, y debe aprovecharse para incidir sobre el mensaje. La subdivisión de los colores más aceptada y menos arriesgada por su falta de subjetivismo es la que reparte el círculo cromático en: colores cálidos y colores fríos.
Los colores denominados cálidos son aquéllos situados en la zona de los rojos-naranjas-amarillos y los colores fríos con los situados en la zona de los verdosos-azules-violetas. No existe una frontera definida para esta división, pero podemos considerar el cálido por excelencia al Rojo y al frío mas característico al azul. Esta asimilación de colores con temperaturas se debe a la identificación del rojo con el fuego y del azul con el hielo. En cartografía es corriente asociar el rojo con las altas temperaturas y el azul con las bajas. También el azul con las lluvias torrenciales y el rojo con la sequía.
Todos estos aspectos de la simbología del color están a disposición del cartógrafo y debe emplearlos con el convencimiento de que si se utiliza colores con significados universalmente aceptados mejorará la comunicabilidad y facilitará la lectura del mapa. Pero esta teórica libertad de elección de colores, sin embargo tiene sus restricciones para el cartógrafo. El cartógrafo ideal es aquélla persona que teniendo una sólida formación en cartografía domina la expresión gráfica y dispone de un buen gusto artístico. Sin embargo, no puede utilizar libremente los colores, como lo hacen los artistas. El diseñador es el que conoce las claves actuales y las aplica en sus mensajes y debe mostrar trabajos que sean auto-comprensibles. El cartógrafo debe preguntarse a sí mismo y al entorno que le rodea sobre la comunicabilidad de sus resultados. Por eso, una vez que se han definido los colores se deben realizar pruebas de impresión y ver los resultados, no sobre una leyenda en la que no se aprecian las dominancias del color y las interacciones con los demás elementos del mapa, sino sobre el propio mapa que está diseñando para comprobar el efecto total. Al imprimir esa prueba el cartógrafo será consciente de la adecuación o no de los colores elegidos; si algún color tiende a hacerse más importante de lo previsto; si las diferencias cuantitativas y cualitativas se mantienen; si todos son igualmente visibles o por el contrario alguno desaparece bajo el peso de la importancia cromática de otro, etc.
Una buena costumbre es preguntar a los que nos rodean acerca de la impronta del mapa y tener en cuenta sus opiniones como futuros usuarios del mapa. |