5.11: LA SEMIOLOGÍA DEL COLOR SEGÚN JAQUES BERTIN

Los tonos totalmente saturados no tienen entre sí un valor similar, esto es, no tienen el mismo gris aparente sino que su valor varía de un color a otro. Este hecho es el que conduce a la mayoría de los errores en el empleo del color en cartografía.

    Los colores marcados con un circulito blanco son tonos totalmente saturados. No es difícil admitir que el amarillo es el más luminoso y que el azul o el violeta son los perceptualmente más oscuros. A la derecha se ha situado un columna de grises cuya oscuridad relativa es similar a los colores de las filas correspondientes de la izquierda. Se comprueba que el valor de los tonos totalmente saturados es variable.

La gama de los colores totalmente saturados (figura a) es un continuo que corre desde el rojo al violeta mostrando variaciones de luminosidad. Ese continuo puede clasificarse en un número discreto de tonos (b) que puede ser tan extenso como queramos, pero que el uso popular ha reducido a siete - rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y violeta- denominado gama del espectro de los colores. La gama de los colores del espectro totalmente saturados muestra variaciones de valor aparente (luminosidad).

     

Bertin afirma que Cada una de las dos regiones del espectro que se forman a ambos lados del amarillo forman una gama ordenada. El color más claro, el centro de la "ventana óptica" es el amarillo. Para cualquier otro nivel de valor el ojo encuentra una pareja de colores. El orden de los valores no se corresponde con el orden de la gama espectral". Sin embargo en la práctica con archivos informáticos visibles en la pantalla de un ordenador, tanto en el espacio HSL como en el espacio HSV eso puede ser discutible. Aunque en efecto el amarillo parece ser el más luminoso de la serie espectral totalmente saturada, sin importar el número de los tonos de esa serie (figura siguiente), es también cierto que la observación de la figura anterior (c) nos indica que hay tres máximos de luminosidad, correspondientes al amarillo, magenta y cián, en tanto que también parecen existir tres mínimos luminosos correspondientes al rojo, al verde y al azul añil. A pesar de eso, las propiedades perceptivas visuales permiten ordenar los colores por medio de sus valores creando dos regiones bien diferenciadas a partir del amarillo que se mantiene común para ambas.

 

La información que se presenta en la siguiente figura muestra como un fenómeno que perceptualmente puede ser observado por medio de los tonos ordenados mediante su luminosidad aparente, deja de serlo cuando la información se dispone por medio de una gama de doble entrada (fría y caliente). Esto se debe a que la percepción de las variaciones de valor tiene más fuerza que la percepción de las variaciones de tono.

   

En (a) se muestran los valores numéricos que toma un cierto fenómeno en cada provincia. Al representarlo en (b) mediante una gama de grises se observa que el fenómeno muestra una distribución con máximas en la dirección NE-SW, y que los valores medios toman una distribución NNW-ESE.
Al representar el fenómeno en una gama ordenada por valores aparentes (c) la distribución perceptual se mantiene. Si suponemos que la media del país está entre 6-8, podemos aplicar una gama fría de azules donde los valores estén por debajo de la media y una gama cálida donde sea superior a la media. Perceptualmente se pierde la claridad de la información anterior, y no es fácil crearse una imágen mental de la distribución del fenómeno. Al intentar leer la información de un golpe de vista aparece una información errónea: creemos que lo más claro es donde el fenómeno se da con menor intensidad.

A continuación se han situado seis tonos con un valor similar al del gris 70%. En la parte baja de la figura se han colocado de forma diferente. Ninguna recolocación muestra un orden. Cuando el valor aparente es constante el tono no proporciona un orden espontáneo. Cada cual dispondrá los colores en un orden diferente. Los tonos, a igualdad de valor no tienen la propiedad ordenada.

 

Observando la tabla de colores siguiente vemos que dado un valor, es decir sobre una línea horizontal, cuanto más nos alejamos del punto de saturación, más se agrisan los colores, cumpliéndose que la selectividad es máxima cerca del color saturado y diminuyendo con el alejamiento.

   

Aplicación de tonos de valor constante. Cada fila horizontal de la tabla de la primera figura son conjuntos de tonos con un valor similar.
La aplicación de esos tonos equivalores produce diferentes sensaciones, haciendo que la selectividad del color se vea modificada de uno a otro.

Se han aplicado todos los tonos de la tabla a una colección de mapas que muestran por simple observación que:

a.- La selectividad es distinta para cada uno de los tonos en cada mapa, pero siempre los más saturados son los más selectivos. En 107 a) los más selectivos son el azul y el violeta de los extremos, que son los totalmente saturados. En b) son el azul celeste y el rojo, en c) son el verde y el naranja y en d) es el amarillo el que sobresale de los demás. Al rebajar el nivel de luminosidad de los tonos en e) es el amarillo, el más cercano a un tono totalmente saturado, el que conserva alguna capacidad de selectividad. El resto casi ha perdido su potencia selectiva.

b.- Como consecuencia de lo anterior, para los mapas que se quieran colorear con valores claros, se deberán utilizar tonos cercanos al amarillo, esto es, gamas que corran del verde al naranja. Los valores claros del azul, del violeta, del púrpura y del rojo están agrisados, por lo tanto, son muy poco selectivos.

c.- Las gamas selectivas más amplias se encuentran en la horizontal que tiene al naranja y al verde totalmente saturados (c). En esta horizontal los rojos y los azules no están demasiado agrisados todavía y el amarillo central, aunque ya ha iniciado un camino hacia el marrón, todavía mantiene su esencia.

d.- Si se necesita usar fondos muy oscuros hay que tener presente que excepto el azul fuerte y el violeta, los demás son pocos saturados y en especial, los verdes, naranjas y sobre todo el amarillo, pierden su potencia selectiva al agrisarse desmesuradamente y apagarse (a). Estos tres últimos pierden casi sus diferencias.