3.4.4: EL PODER SEPARADOR

La agudeza visual es el nombre dado al ángulo que mide el poder separador del ojo. Este ángulo depende de la constitución de la retina, del sistema óptico del ojo (córnea, cristalino) y la luminosidad del objeto.

El poder separador es la capacidad de discriminar pequeños objetos y de distinguir entre objetos muy cercanos, que estén tanto a una distancia cercana como a una distancia remota de nuestros ojos. Esta capacidad o habilidad está influenciada por factores de diferente índole:

1.- Espaciales. En cartografía el factor espacial es el más importante. La relación entre el tamaño de un objeto y su distancia al ojo puede expresarse por medio del ángulo visual, esto es, el ángulo que se forma en nuestro ojo entre los extremos del objeto observado. Así pues las características espaciales son el tamaño del objeto, la distancia a los ojos y la posición respecto al eje visual.

El ángulo visual puede expresarse por la relación entre d y l (ver figura).

 

Una persona con visión normal puede ver objetos cuando el ángulo visual sea al menos de 1 minuto de arco. A la distancia de lectura normal (lo que conocemos como la distancia de la visión distinta, unos 25-30 cm.), 1 minuto de arco corresponde a 0.09 mm. Esto significa que para que un objeto sea visible debe medir al menos 0.09 mm. Sin embargo en la práctica del diseño de símbolos cartográficos, debemos considerar que el umbral mínimo de trabajo debe ser de 2 minutos de arco.

Los umbrales para la percepción de un elemento aislado será de:

a.- 0.2 mm. de diámetro para un punto.

b.- 0.05 mm. de grosor de una línea negra.

c.- 0.4 mm. el lado de un cuadrado lleno.

d.- 0.6 mm. de lado si el cuadrado está vacío.

Estos límites están también influido por el color de la tinta utilizada y se van haciendo mayores conforme el color utilizado sea menos visible.

El poder de separación es la distancia mínima entre dos elementos gráficos que deben observarse a simple vista bajo circunstancias normales de iluminación. Esta distancia, en la práctica es de 0.2 mm. como separación mínima entre dos líneas paralelas o entre los componentes de una trama cuya estructura deba aparecer como visible.

Además de percibir una forma gráfica pequeña, se debe garantizar que es posible diferenciar esa forma de otra distinta. El umbral de la diferenciación es el condicionante mínimo que nos permite percibir las diferencias de forma entre dos elementos gráficos, o entre dos símbolos que tengan aproximadamente el mismo tamaño (un círculo y un cuadrado, por ejemplo). Este umbral no tiene medidas mínimas estrictas pues depende de:

a.-

El tipo de forma que deba diferenciarse. Es más fácil distinguir entre un triángulo y un cuadrado que entre un octógono y una circunferencia.

b.-

El número de grises, que hemos elegido para diferenciar un elemento de otro con su misma forma. Cuanto más pequeño sea el elemento gráfico, menos variaciones de gris soporta.

c.-

La diferencia de tamaños aplicados a una misma forma: El ojo humano distingue con dificultad las pequeñas diferencias de tamaño si los elementos no están muy cercanos.

2.- ESPECTRALES. A pesar de la importancia que tiene el ángulo de visión en el diseño de mapas, no es el único factor que afecta a la agudeza visual. También tiene un gran impacto:

a.- el grado de contraste entre el símbolo y el fondo en el que se encuentra.

b.- la longitud de onda –el color- de la radiación enviada por el objeto.

c.- la intensidad de luz.

Es muy conocido que una línea negra sobre fondo blanco tiene un gran contraste y es por ello fácilmente detectable. Una línea de la misma anchura de color amarillo contra el mismo fondo blanco es más difícil de percibir. Tendremos dificultades de percepción cuando la línea sea roja y esté impresa sobre un fondo púrpura o una línea azul contra un fondo verde u otras combinaciones peligrosas (ya veremos en el tema del color que la combinación de elementos pintados con colores complementarios, dificultan su lectura). Así pues, la longitud de onda de un objeto y la de los objetos circundantes incide en la visibilidad y en la agudeza visual.

El punto anterior puede también ilustrarse con ejemplos de curvas de nivel impresas en diferentes colores de acuerdo con la naturaleza del terreno. Por ejemplo, en los Mapas Topográficos Suizos, las curvas de nivel pueden ser de tres colores diferentes: negro, azul o siena según sea el tipo de terreno. La curva de nivel estándar negra tiene una anchura entre 0.05-0.08 mm., la azul entre 0.06-0.10 mm., y las sienas están entre 0.07-0.12 mm. A pesar de esta variación en sus anchuras, la percepción nos induce a creer que todas son de un grosor constante.

3.- DINAMICOS. Un objeto que se mueve es más fácil de detectar que otro que esté en una posición fija (pensemos en lo fácil que es que nos distraiga una mosca que está volando en la clase, frente a la dificultad de encontrarla cuando está parada). Este tipo de factores no suelen darse en la cartografía tradicional pues no hay símbolos que se muevan sobre el mapa, pero ocurren en los mapas de carreteras, o en ciertos mapas turísticos que deben consultarse, si no en movimiento, si con escaso grado de estabilidad.

4.- TEMPORALES. La permanencia de un objeto hace que mejore su percepción. Por esta razón y por la limitada finura de la pantalla de un TV, los mapas que se muestran en ese medio deben ser muy sencillos. Deben tener un impacto directo pues no hay tiempo para un estudio cuidadoso. Lo mismo ocurre con los mapas que se realizan para los diarios impresos. No se pretende con estos mapas que el lector haga un estudio en profundidad sino referenciar someramente el acontecimiento.