2.4: LA VARIABLE FORMA

La forma de un signo es la figura o la determinación exterior que le distingue. Esta "determinación exterior" no tiene por qué ser una figura cerrada físicamente. En multitud de ocasiones, el cerebro "cierra" el perímetro determinado por los elementos de una figura, dándonos la impresión de unidad.

La Variable Forma aplicada a símbolos puntuales: Un punto es una figura geométrica adimensional, que puede materializarse por medio de convenciones gráficas. Geométricamente se ha convenido en que su representación gráfica sea el cruce de dos líneas. También se conviene que un punto quede representado por el centro de la figura geométrica que lo hace visible. Si se utiliza una figura no regular para hacerlo visible, su situación geométrica coincidirá con el baricentro de la figura.

Se utilizará un signo puntual para representar fenómenos que tienen una extensión muy limitada en el terreno, que a la escala del mapa no tiene o no interesa su representación superficial o que su dimensión espacial es puntual.

La variable forma, asociada a un símbolo puntual, permite asignar características cualitativas a los objetos y generar familias de objetos que gozan de una propiedad distinta a la de otra familia.

La Variable Forma aplicada a símbolos Lineales: La línea, geométricamente hablando, está compuesta de puntos infinitamente próximos. Para su representación estableceremos unos convenios que nos permitan su visualización. Estos convenios, conocidos por todos nosotros intuitivamente, nos permiten representar un punto mediante un elemento más o menos "grande" y la línea como una sucesión de puntos grandes.

Cuando nos refiramos a la variable forma aplicada a las líneas deberemos entender que nos estamos refiriendo al aspecto del grafismo que la representa.

Con esta premisa, las variaciones de forma de las líneas, sólo podrán realizarse mediante la variación del aspecto de sus "puntos elementales" constituyentes. La forma de la línea, el eje ideal que pasa por su centro, debe permanecer inalterable.

La Forma aplicada a símbolos superficiales: Los símbolos superficiales son aquellos que se aplican para identificar, diferenciar, calificar o cuantificar algún fenómeno extenso que ocurra sobre un territorio. La simbología superficial es extensible a todo el territorio sobre el que se aplica, que generalmente está definido por algún tipo de línea que sirve de contorno.

   

Los fenómenos representados en la 1ª figura perceptualmente tienden a tener la extensión marcada por los límites de provincias, a excepción del círculo que parece ocupar las provincias de Cordoba y Jaén.
Al desaparecer los límites (figura de la derecha), la información aportada es que los fenómenos ocurren en zonas con límites confusos pero centradas en el baricentro de cada una de las figuras. Aquí los límites dependen de cada lector.


    En la figura de la izquierda se han dibujado unos límites perceptuales que no tienen por qué corresponder con los de otro lector. En la de la derecha se han dibujado unos círculos de expansión que indican que los fenómenos representados no tienen límites definidos y que deben convivir con los fenómenos vecinos. Esta representación no es adecuada en ningún caso pues impide representar cualquier otra información en el mapa.