2.1: INTRODUCCIÓN
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Simplificando la definición de mapa decimos que es una representación gráfica que muestra algún fenómeno georeferenciable del que conocemos algunos datos que lo definen. De esta definición deducimos que el diseñador de mapas debe tener un buen conocimiento de los tres aspectos que vamos a desarrollar en los próximos capítulos: a.- Posibilidades del lenguaje gráfico. b.- Dimensión espacial del fenómeno representado. c.- Nivel de medida de los datos disponibles. Para analizar las posibilidades del lenguaje gráfico, digamos que dos marcas dibujadas sobre un papel pueden diferir una de otra en alguno o varios de los siguientes aspectos: 1.- Posición (x,y) de las marcas. 2.- Forma de las marcas. 3.- Tamaño de las marcas. 4.- Orientación de las marcas. 5.- Textura (Grano) del relleno de las marcas. 6.- Estructura del relleno de las marcas. 7.- Tonos de sus Colores. 8.- Claridad de sus Colores. 9.- Saturación de sus Colores. 10.- Foco de las marcas. Esta colección de diferencias gráficas se denominan Variables Visuales. El dominio de estas Variables es el primero de nuestros objetivos, por lo que dedicaremos varios capítulos para describirlas en profundidad. La dimensión espacial de un fenómeno se refiere a la dimensionalidad de su ocurrencia. Puesto que los grafismo, de los que se sirve el diseñador para trasmitir información sobre un mapa, sólo pueden ser puntos, líneas o superficies y pseudo-volúmenes (perspectivas), parece evidente que debería haber una correlación entre la dimensión espacial del fenómeno y su tipo de representación (simbología). Sin embargo, a medida que disminuye la escala, los edificios son susceptibles de representarse con su propia forma, por lo que el fenómeno representado -iglesias- deja de ser puntual para convertirse en superficial. Lo mismo ocurre con la representación de las ciudades. Sin embargo, no todos los fenómenos puntuales modifican su simbología con la escala: Un vértice geodésico siempre será puntual sea cual fuere la escala del mapa. Los ríos, que son fenómenos fundamentalmente lineales, pueden estar representados como fenómenos superficiales. En la mayoría de los casos, la decisión de asociar el carácter del fenómeno con una u otra característica dimensional, no sólo depende de la escala sino del subjetivismo del cartógrafo, de lo que se intente mostrar en el mapa, y del tipo de impacto que quiera causarse. La aportación de las isolíneas es fundamental para conocer el nivel cuantitativo.
Pero, ¿cual es el nivel de medida con el que se han obtenido los datos? ¿Cómo se ha obtenido la información? Es fundamental determinar el nivel de medida con que se han obtenido los datos pues hay muy diferentes posibilidades gráficas asociadas a cada uno de los niveles. Este concepto se estudiará en capítulos posteriores, pero queremos dejar constancia aquí, antes de introducirnos en el estudio de las Variables Visuales, de la enorme importancia que tienen los tres aspectos - Dimensión espacial del fenómeno, Nivel de Medida del fenómeno y Variables Visuales que lo representan- para que el diseño resultante tenga el mayor número de concomitancias con el fenómeno original. |